Objetivo:
1. Hacer de la liturgia una experiencia
de encuentro personal y comunitario con Dios
2. Orientar y motivar a todos los miembros
de la comunidad arquidiocesana acerca de la naturaleza, fines y signos de la
liturgia
3. Lograr en las parroquias la
participación consciente y activa de todos en la celebración litúrgica para
vivir con mejor provecho el misterio de la salvación
4. Ofrecer en la vida litúrgica el ambiente
propicio a la evangelización y al desarrollo de las comunidades eclesiales
5. Vivir el Año de la Fe también desde
la liturgia, pues sin ella la profesión de fe no tiene eficacia ya que carece
de la gracia que sostiene el testimonio (cf PF, 11).
Programa No 4:
• Una conferencia del arzobispo sobre
este el tema cada semestre a los seminaristas
• Cursos complementarios de liturgia en
los seminarios según las necesidades en cada etapa de formación
• Talleres prácticos de liturgia para
preparar las celebraciones más importantes en el seminario y en la
arquidiócesis
• Constituir en cada seminario un equipo
que vele por la adecuada celebración de la liturgia
• Aprovechar los subsidios litúrgicos elaborados
por la arquidiócesis u otros que sea necesario producir en los seminarios
• Profundizar a lo largo del año la
Constitución Sacrosanctum Concilium del Concilio Vaticano II
• Potenciar todos los medios posibles para la formación en el canto litúrgico y el arte sagrado
4.2. Reavivar en los sacerdotes y en los religiosos la vida y la espiritualidad litúrgicas
• Conferencias del arzobispo a los sacerdotes
sobre la vida litúrgica en los retiros espirituales
• Dos encuentros de los arciprestazgos en
el año se dedicarán a la formación litúrgica de los sacerdotes en
coordinación con la Delegación arquidiocesana de Liturgia.
• Motivación permanente de los vicarios
de zona y los arciprestes a los sacerdotes y religiosos para vivir la
espiritualidad litúrgica, para seguir las normas litúrgicas y para aprovechar
los subsidios que se producen en la arquidiócesis.
• Cuidar de un modo particular la
celebración de la liturgia en la catedral y en los retiros espirituales del
clero
• Invitar a los sacerdotes y religiosos a
participar y a vivir más intensamente las grandes celebraciones litúrgicas de
la Arquidiócesis
• Promover entre los sacerdotes y los
religiosos la participación en el Congreso Internacional de Liturgia
programado por la UPB, en julio del presente año
• Difundir a través de los medios que
tiene la Arquidiócesis elementos de formación y espiritualidad litúrgica;
hacer un especial énfasis en la Constitución Sacrosanctum Concilium del
Concilio Vaticano II
• Asesoría en el campo litúrgico para
la construcción o adecuación de los templos por parte de la Comisión de
Arquitectura y Arte Sagrado
4.3. Trabajar en la formación de los
laicos para que celebren y vivan con fe y con fruto la liturgia
• Conformar o consolidar en cada
parroquia un equipo de liturgia, que puede estar integrado por sacerdotes,
religiosos y laicos, incluyendo algunos de los que se han formado para la
Misión Continental, que se ocupe de la preparación y animación de las
celebraciones litúrgicas
• Tener un encuentro anual de formación,
por vicarías episcopales de zona, con los integrantes de los equipos
parroquiales de liturgia
• Revisar y perfeccionar el proceso de
formación de los ministros extraordinarios de la Comunión
• Dar, por parte de la Delegación arquidiocesana
de Liturgia, formación y capacitación a las personas y grupos encargados del canto
en las parroquias
• Motivación y catequesis permanente por
parte de los sacerdotes
y del equipoparroquial de liturgia para
que los fieles comprendan y vivan la liturgia.
• Aprovechar unos minutos antes de la
celebración eucarística para orientar la asamblea y ensayar los cantos a fin
de tener una participación más consciente y activa
• Dar a conocer el espíritu y las
orientaciones de la Constitución Sacrosanctum Concilium del Concilio Vaticano
II
Programa No 5:
• Producción de subsidios por parte de
la Delegación arquidiocesana de Liturgia con el Departamento de Comunicaciones
y el Equipo de Misión Continental para celebrar mejor cada uno de los tiempos
del año litúrgico
• Capacitación, por parte de la Delegación
arquidiocesana de Liturgia, a los miembros de los Comités litúrgicos de las
Vicarías y los Arciprestazgos para que promuevan el sentido y las gracias del
año litúrgico a través de los equipos parroquiales
• Participación de sacerdotes,
religiosos y laicos en los cursos que ofrece el Centro Arquidiocesano de Nueva
Evangelización sobre los tiempos litúrgicos
• Catequesis en cada parroquia al iniciar
las distintas etapas del año litúrgico sobre su sentido dentro de la
celebración del misterio de Cristo
• Esfuerzo serio de cada sacerdote por
celebrar con unción y dentro del espíritu de la liturgia cada una de las
solemnidades y fiestas del año litúrgico
5.2. Redescubrir la centralidad de la Pascua en el año litúrgico
• Llevar a los fieles, por la catequesis
y la fructuosa celebración de los sacramentos, a que vivan el camino que se
hace desde el miércoles de ceniza hasta el domingo de Pentecostés, para
participar vivencialmente en la muerte y resurrección del Señor
• Empeño de todos los sacerdotes, en la
predicación y la dirección espiritual, para que cada católico reviva en la
cuaresma y en la pascua la gracia de los sacramentos de la iniciación
cristiana
• Potenciar en la Semana Santa las
celebraciones litúrgicas sobre los actos de piedad popular, preparándolas
cuidadosamente, dando con anterioridad la debida catequesis y celebrándolas
con unción
• Darle toda su importancia y su
carácter festivo a la celebración de los domingos de pascua como experiencia
de Cristo Resucitado y apertura personal y comunitaria a la acción del
Espíritu Santo
• Mostrar a lo largo del año, a través de diversos medios, que todas las celebraciones litúrgicas son una actualización y prolongación de la Pascua del Señor
Programa No 6:
• Difundir entre los sacerdotes, los
religiosos y los fieles, a todos los niveles posibles, el conocimiento y la
aplicación de la Carta Apostólica “Dies Domini” de Juan Pablo II
• Impulsar con los comités vicariales,
arciprestales y con los equipos parroquiales de liturgia la celebración del
domingo como el día del Señor resucitado y el día de la comunidad cristiana
• Acompañar y orientar por parte de la
Delegación arquidiocesana de Liturgia a quienes tienen la transmisión de la
Misa o programas de catequesis a través de los medios de comunicación para
unificar criterios y unir fuerzas
• Enseñar, por diversos medios, a santificar el domingo como el día de la alegría, de la fraternidad, del servicio a los demás y del descanso
6.2. Realizar una festiva y fructuosa
celebración de la eucaristía dominical
• Aprovechar todos los recursos para
darle a la Eucaristía del do- mingo su importancia y carácter festivo: la
acogida de la gente, los comentarios oportunos, la cuidadosa selección e
interpretación de los cantos, el ambiente de vida y alegría
• Producir, por parte de la delegación
arquidiocesana de liturgia, subsidios para el canto litúrgico en las
parroquias
• Enfatizar la presencia del párroco
como padre y pastor de la comunidad en la Eucaristía del domingo
• Procurar que toda la asamblea participe
en el misterio y el desarrollo de la acción litúrgica por su fe, por la
oración en común y por el canto
• Lograr en la homilía un mensaje
oportuno y directo que ayude a recibir la Palabra de Dios y que vaya llevando a
una madurez en la fe y en la vida eclesial.
• Invitar las comunidades eclesiales y
los grupos apostólicos para que, con la coordinación del equipo parroquial de
liturgia, se encarguen de la animación y adecuada celebración de las
Eucaris- tías dominicales en cada parroquia
• Organizar los horarios de las
Eucaristías dominicales con el fin de celebrar únicamente las que sean
necesarias para la participación de la familia parroquial